Novosibirsk tiene probablemente la Estación de trenes mas espectacular de Rusia. Enorme, grandiosa y elegante. Quizás infrautilizada. pero antes de la aparición del avión debía ser formidable.
He visto al menos dos pianos de coma en su interior donde una pareja de músicos mayorcitos amenizan la espera.
Es aquí el inicio de mi penúltima etapa. Esta vez son 19 horas y media para recorrer los 1.529 kilometros que me llevan a la ciudad natal de Boris Yeltsin.
El paisaje en este tramo cambia por una mayor cantidad de nieve y sobre todo por el tipo de árbol que prevalece, que francamente no se cual es pero que en todo caso es de postal.
El video como siempre intenta mejorar la percepción que hay desde el tren ya que las fotos en movimiento no son de gran calidad.
Lo primero que hago cuando llego a la estación es pedir un taxi por la app que estará a punto de llegar. Justo al salir del edificio al parecer pisé una placa de hielo y me di una leche, tan llamativa como ridícula porque iba cargado con las mochilas y lo cierto es que nadie se acercó a ayudarme, no se si por que les dió risa o porque están acostumbrados a verlo. Prefiero no saberlo. Me levanté con toda la dignidad posible y fui directamente al parking.
Ekaterimburgo, Yakaterinburg es la traducción oficial en inglés que suena igual que en ruso además se ser gobernada en sus primeros pasos políticos por Yeltsin, es más famosa por ser donde los bolcheviques asesinaron al Zar Nicolás II y a toda su familia, los Romanov, el 17 de abril de 1918, incluyendo a la famosa princesa Anastasia y su hermano pequeño.
Sus cuerpos reposan en la Basílica en la Sangre, porque así se llama, que está justo al lado de donde perdieron la vida. Estos son los monumentos más emblemáticos de la ciudad.
Este es el edificio donde pasaron sus últimas horas la familia Romanov, el Zar Nicolás II y su familia.
Como todas las ciudades rusas Ekaterimburgo se puede visitar andando en pocas horas, cierto es que ninguna de estas ciudades medianas tienen monumentos o edificios excesivamente emblemáticos pero además, pese al frio, son muy agradables de pasear por ellas. En general con un buen calzado se puede andar sin problemas, solo hay que evitar las zonas donde se ve el pavimento en las aceras, que es donde está el hielo. Después de algún patinazo, más bien pocos y viendo por donde anda la gente, siempre por la zona de hielo donde además le echan unas piedrecitas para evitar disgustos, enseguida le pillas el truco.
El lago de la ciudad está totalmente congelado y la gente lo utiliza para cruzar andando y ganar mucho tiempo. Yo sigo una de las sendas formadas por los pasos de los demás cruzando hasta la otra orilla donde puedo ver el impresionante nuevo Centro Presidencial Boris Yeltsin aunque no me acerco hasta él.
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Esta represa marca el punto de origen de la ciudad allá por 1.723 cuando la fundó Pedro el Grande.
Subo a la torre Vysotskiy, un edifico nuevo con una plataforma de observación a 184 metros de altura en la planta 52 que además tiene un restaurante muy bonito y barato, en la planta 51, en el que sómo tomo una cerveza porque es pronto para cenar. Si alguien viene le recomiendo que lo visite a última hora y aproveche para cenar.
También puedes ver desde arriba el resto de la ciudad, donde aún se aprecian los bloques de viviendas de la era soviética, eso sí, muy renovados.
La ciudad es realmente bonita y ahora en Navidad tiene las ya comunes esculturas de hielo junto a la estatua de Lenin en la calle que lleva su nombre y que en esta zona concentra lo mejor del comercio y restauración de la ciudad.
Este es la torre Vitsotkiy, vista desde la calle de mi hotel que tenía una situación envidiable.
Parece ser que será la sede de la Expo en 2025. No le beneficiará lo lejos que está de todo el mundo, pero sin duda será una espaldarazo para esta interesantisima ciudad.