sábado, 11 de enero de 2020

Última etapa del Transiberiano con destino final Moscú ... bajo la nieve.

No he tenido que madrugar mucho para coger mi último tren de este viaje con El Transiberiano. A las 10 y 12 minutos salía el tren 015 Premium para recorrer durante 25 horas y 18 minutos que tarda en recorrer los 1.814 kilómetros que me quedan para acabar con el trayecto de los 9.288 que unen Vladivostok con Moscú.

El taxi, mediante la plataforma Yandex que es la más popular en Rusia, aunque también existe Uber, cuesta menos de dos euros y me deja en 15 minutos en la Estación de Ekaterimburgo, que aunque tiene más tráfico y pasajeros que Novosibirsk está muy lejos de tener el esplendor de esta última.


A los 40 kilómetros de recorrido ya se entra oficialmente en Europa y hay un monumento blanco que lo indica pero que difícilmente lo puedes ver desde el tren, más si todo está nevado y además la nieve cae con fuerza.

En estos más de 1.800 kilómetros hacemos 10 paradas y sólo 3 que duren más de 15 minutos. La primera de hoy es Druzhinino. Sólo ha pasado hora y media por lo que bajo a estirar las piernas y sentir la nieve caer.


A partir de ahí el paisaje cambia bastante con respecto lo visto hasta ahora, ya que nos acercamos a los Urales, una cordillera que cruza Rusia de Norte a Sur y aunque su máxima altitud esta alrededor de los 1.400 metros, si que puedes ver junto a las vías algunas montañas no muy altas.


Los copos de nieve que no han parado de caer durante el día son pocos, pero perfectos!!


En todo caso se pasa algún túnel y algún puente a lo que yo no estaba acostumbrado y vuelven las curvas al trayecto que lo hacen más interesante. Esta cada vez nevando más y los árboles, sobre todo los abetos que mantienen sus hojas están llenos de nieve recién caída.



Como siempre el video permite apreciar mejor el paisaje en movimiento desde el tren.


Parada de 2 minutos en la que sólo puedo asomarme a la puerta a para captar una imagen de la estación de Yanaul.




Es simpático perrito subió a mi vagón en Ekaterimburgo y lo pasean en todas las estaciones.


La parada en Kazan, es de 37 minutos, por lo que aprovecho para ir arriba y abajo por el andén, ya que aunque un poco lejanas, tiene vistas del impresionante Kremlin de la capital de Tartaria, en este caso de influencia musulmana.


El Kremlin, que significa fortaleza, se ve algo mejor desde el tren. Kazan era una de las escalas previstas, pero se necesita mucho tiempo para poder hacer todas.


Edifico de la estación de Kazan. Kazan la cruzan dos rios, uno pequeño, el Kazanka y otro enorme, el Volga, que cuando lo cruzamos se ve congelado aunque al ser de noche no puedo fotografiarlo.


En el tren hace calor y normalmente voy con camiseta de manga corta como casi todos, si bien cuando cruzas de un vagón a otro, que en mi caso lo hago dos veces cuando voy al restaurante del tren, tienes que pasar por el helado espacio entre vagones. Este pequeño video da una idea.


Llegada puntual, a las 9,30 exactas a Moscu, estación de Kazansky. Pido un taxi a través de la app y por unos 5 euros me lleva a toda velocidad a mi hotel, pese a que nevaba bastante. Se nota que es sábado porque el tráfico es muy fluido.


Las maquinaria para quitar la nieve ya está en marcha desde que empieza la nieve a acumularse en el suelo.


En el exterior de la estación espero al taxi que ha tardado unos 10 minutos más de la cuenta porque habían un tapón en la entrada del parking.


Hoy parece un buen plan recorrer las mejores estaciones de metro de la ciudad dada la cantidad de nieve que está cayendo. Mi compañero de vagón, Sergei, me ha recomendado las que tengo que ver, pero independientemente de que algunas destaquen más, son todas impresionantes. Así que me voy a tomar café primero a la Plaza de Bielorrusia, donde está la estación del mismo nombre y que es la más cercana a mi hotel está vez.



He tomado este video desde el Starbucks hasta la estación de metro. La nieve era la más copioso que he tenido en todo el viaje aunque con el gorro se va bien, no hace falta paraguas y de hecho prácticamente amente nadie lo lleva.



Realmente algunas estaciones parecen museos. Antiguamente cuando era la Unión Sovietica, yo recuerdo que comentaban que sólo unas pocas estaciones eran asi y eran las que enseñaban a los turistas. 



Esta, en la Plaza de la Revolucion, la más cercana al Kremlin, está llena de estatuas de bronce. Muchas de ellas tienen partes pulidas porque la gente las toca. El morro de este perro en particular lo tocan los estudiantes para que les de suerte en los exámenes.


La nieve no impide que las calles estén llenas de gente. Hay bastante turista, pero sobre todo parecen rusos que aprovechan el sábado ya que aún están en temporada navideña.



La Catedral de San Basilio, con la nieve esta especialmente espectacular. Esta vez he decidido entrar a verla por dentro. Cuesta 10 euros la entrada y llama la atención porque no tiene la típica zona de oración que tienen todas las iglesias, solo pequeñas salas y pasillos que le dan la vuelta e incluso tiene dos pisos.




Dentro estaba este grupo vocal que lo hacía realmente bien.


El templo, aunque no lo parezca está lleno de ventanas. Desde una de ellas he tomado esta foto de la Plaza Roja.


He seguido patentado la zona que es realmente preciosa. La nieve obviamente es un plus, pero la ciudad tiene, en general, un nivel altisimo, digna de ser visitada. Además pese a los tópicos habituales, la vida es más barata que en España, salvo las bebidas alcohólicas, aunque ésto es algo común con el resto del mundo y es que en nuestro país debemos tener los mejores precios del mundo para beber.



A las pocas horas prácticamente ya han limpiado todas las aceras del centro de la ciudad. Aquí se ve una brigada con sus palas, pero la ciudad está llena de camiones, excavadoras pequeñas y otra maquinaria trabajando todo el día. Dentro de un rato parecerá que no ha nevado hoy.


La ciudad está llena de edificios impresionantes. Allá donde mires te llama la atención. Rusia en general y Moscú en particular, me han sorprendido gratamente y ha eliminado de mi mente los manidos clichés que tiene este pueblo y su gente. Es un país con sus peculiaridades, como todos,  pero es seguro, moderno, tranquilo y agradable.