Novosibirsk es la mayor de las ciudades de Siberia con una población de 1,6 millones de personas y la tercera de Rusia tras Moscú y San Petersburgo.
Aunque las temperaturas son razonables, con 7 grados bajo cero y sensaciones térmicas de hasta -14, si es la ciudad que acumula más nieve de todas las que he visitado hasta ahora y lo cierto es que aunque muy poquito, nieva durante muchas horas del dia, lo que hace que se vaya acumulando de forma inexorable.
Vista desde la ventana de mi habitación en el hotel. Gran parte del río Ob está helado. El rio Ob, Obi en español, es uno de los más largos del país y desemboca en el Artico tras recorrer más de 3.600 kilómetros.
Algunos accesos en la ciudad están complicados, como éste a la calle de mi hotel donde algún coche patina aunque los conductores rusos parecen dominar la situación.
Toda la orilla norte del río forma un paseo y una zona que deben de ser jardines, aunque ahora no puede apreciarse por la nieve que los cubre con más de medio metro de espesor.
Está vez mi hotel no está céntrico, la situación debe ser muy buena en verano, pero no ahora. Así que para ir al centro he caminado por aceras como ésta. El frío lo sigo llevando de forma estupenda, así que no es un problema. Hoy es la Navidad ortodoxa y no se ve, de momento, mucha gente en la calle.
La Catedral de Alexander Nevsky es pequeña y en cualquier caso no hay más de 30 ó 40 fieles dentro cuya edad media, como en España, es alta por lo que la Iglesia Ortodoxa también tiene un futuro complicado.
Los trolebuses son bastante viejos, de hecho ya se ven pocos en el mundo.
Hasta aqui, ya muy avanzada la Avenida Roja, apenas había visto gente en la calle. La gente no trabaja ni los niños tienen colegio por lo que se ve, pero hay bastantes comercios abiertos y los restaurantes y cafeterías estas todas a pleno rendimiento.
En los jardines frente al edificio de la Filarmónica hay un jardín donde ya comenzaba a verse más gente y donde había varios artistas construyendo estos monumentos de hielo.
Plaza Lenin, la más importante de la ciudad donde destaca una curiosa estatua del líder con la chaqueta “al viento”
En la Avenida roja y las calles de alrededor se concentran los museos. El edificio de la izquierda es el de Historia al que no he entrado porque no me iba a enterar de nada. Luego he ido al Museo de N.K. Rerikh que había leído que podía ser interesante porque además de pintor era un aventurero que exploró las partes más remotas del país y el Himalaya y al parecer habían fotos interesantes, pero cierra los martes...
Tranvía en la nieve.
Gracias a un montón de gente que está limpiando, usando incluso martillos mecánicos, los tranvías pueden seguir circulando por sus vías, que al estar medio enterradas enseguida se llenan de nieve y cuando se congela parece que no resulta fácil eliminarla.
Ya al final de la tarde he dado un paseo Mientras nevaba constante pero que apenas mojaba. Lo cierto es que nunca había andado tanto sobre nieve en mi vida. Creo que he hecho más de 10 kilómetros hoy.
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